Qué buena costumbre es esa de reunirse a comer en familia o
con amigos y luego quedarse charlando de lo divino y de lo humano hasta bien
entrada la tarde… Y esto tanto en verano todavía con el olor a sal y a mar en
nuestra piel por el baño en la playa matutino, como en invierno, en la sierra,
tras una larga caminata por el monte y cerca de un fuego…
¡Qué buena costumbre es la sobremesa…! También la siesta…. española…. pero me quedo con una
interesante, relajante y enriquecedora sobremesa.
No hace falta que se hable siempre de cosas serias y profundas, con pasar un
buen rato entre risas con gente querida hablando de lo que se tienen en común
es suficiente…. Es uno de esos placeres en la vida que deberíamos empeñarnos en
no perder. Y para una buena sobremesa,
hay que crear ambiente…
Si es en nuestra casa, hemos de pensar quién y cuántos
vienen a comer, qué les puede gustar, preparar el menú, pensar la presentación de la comida siendo un poco creativo, algo de música de fondo y fundamental la decoración de
la mesa.
Me contaban hace poco que intentando enseñar a comer
educadamente a chicos adolescentes, se les invitaba a comer en su colegio a un
comedor más pequeño con la misma comida, pero en una mesa con mantel. Los
chavales aseguraban que la comida sabia mejor… y ¡era la misma…! Y es verdad…
comiendo sentado, sin correr, con una buena presentación de la comida y con un
mantel bonito sobre la mesa, la comida sabe mejor.
Así que el regalo estrella de estas Navidades ha sido… un
mantel.
De todos los tipos…. De tela y también resinados, pensando en
las familias con niños pequeños. Grandes y pequeños, cuadrados y rectangulares, según el tamaño y forma de la mesa. Lisos o estampados. Con grecas o sin ellas.
Con más o menos caída. Con las servilletas con la misma tela que el mantel o
haciendo juego en la misma gama de colores…. Con telas navideñas o festivas
para navidad y también para otras épocas del año… Cuando no era sorpresa intentaba
que fuesen a juego con vajillas o con la decoración de la casa… Y ¡ha sido todo
un éxito…! Han gustado muchísimo…
Además, he disfrutado mucho buscando telas, eligiendo
colores, intentando combinar la vajilla con las cortinas del comedor o con la
tapicería de las sillas y/o con el bajo plato y la vajilla. A veces no era
fácil, pero me he divertido mucho y la gente estaba encantada. Muestra de ello son las fotos que mandaban luego con sus mesas preparadas y el mantel puesto.
Creo que ha sido una idea personalizada y sencilla de darle
un toque elegante a la mesa en la celebración de estas fiestas…